Es propicia la fecha para darles a nuestros amigos un saludo con motivo del inicio del nuevo año y la vez expresarles nuestros deseos por que este sea un año maravilloso para todos. Que así sea!
Se inicia el año con pronósticos ominosos; escuchamos en los últimos meses del año pasado predicciones que pudieran resultar muy atemorizantes no sólo para nuestro país sino para el mundo: Finalizó el año con una real amenaza de una guerra mundial, con una profunda crisis económica, un panorama político tenso en nuestro país, con una estadísticas terribles de violencia, oímos que los valores morales no están siendo lo suficientemente sólidos como para contener esta situación….
En fin, si prestamos atención a tales comentarios, pareciera que los augurios son muy negativos y casi que hay que repetir aquello que decían las abuelas “Que Dios nos agarre confesaos”. No obstante, pese a que tales planteamientos son en la actualidad parte de la cotidianidad y que los escuchamos a cada rato y en muchos lugares, mi punto de vista, y en consecuencia mis pronósticos para el presente año no son pesimistas.
Estoy con quienes creen que tanto la felicidad como el sufrimiento son una opción. Creo firmemente que estar bien es nuestra responsabilidad y que no depende de que alguien me conceda dádivas, sino que cómo puedo ser gerente de mi misma y de cómo ejecute la gestión de mis recursos personales a partir de las creencias con las cuales me manejo.
Creo que sale mas rápido y mejor librado de las vicisitudes quien se cree a si mismo capaz de hacerlo, que aquel que atribuye su situación a elementos totalmente ajenos a sí mismo.
De allí que considero que los venezolanos tenemos en los actuales momentos un reto interesante y muy estimulante en el sentido de “hacernos adultos” y comenzar a pensar en cómo resolver nuestras dificultades – que verdaderamente existen y están allí - contando con nosotros mismos, dejando ya lo que se ha venido constituyendo en un pesado lastre para nuestro avance, como es la práctica de la dependencia de las “ayudas”, sean a través de subsidios, misiones, bonos no trabajados, que no han hecho otra cosa que socavar valores como el trabajo y la valoración del propio esfuerzo.
En la medida en que los gobiernos dejen de subestimar la capacidad de las personas para ser actores de su propio crecimiento y fortalecimiento como agentes de cambio y en la medida en que los ciudadanos comencemos a mostrar nuestra valía, seremos grandes. Y yo creo que los venezolanos somos grandes! Y esta es una oportunidad para robustecer nuestra condición de ciudadanos. Soy optimista pues creo que podemos salir adelante con el concurso de todos en la medida en que nos comprometamos, cada quien desde sus espacios de influencia para estimular nuestra valoración como venezolanos.
No es el momento de lamentarse, ni de auto compadecerse: Es el momento de fortalecer las instituciones: desde el Estado, pasando por la familia hasta los espacios comunitarios. Es el momento buscar responsablemente la respuesta a la pregunta “Para qué” sucede lo que sucede y cuál es nuestro rol en las acciones que necesitamos tomar: No es el momento de pedir nada: es el momento de producir soluciones. Y en gran parte, las autoridades tienen la palabra. Y creo que es hora de que comiencen a pensar en que ganará más quien mejores acciones emprenda no en búsqueda de espacios políticos, sino de espacios para la convivencia y el desarrollo humano.
No nos puede resultar ajena una guerra en el Medio Oriente, pero nos es más cercana la guerra que nos tiene declarada al hampa en el país. Qué vamos hacer al respecto? Qué vamos a hacer para que cada vez sean menos los jóvenes victimas de la violencia en nuestras comunidades? Que vamos a hacer para que cada vez sean menos las niñas con embarazos precoces? En fin, tenemos problemas, si, muchos problemas, pero tenemos la opción de asumir eso que vivimos como una crisis crónica, con la idea que al respecto nos proponen los chinos:
“Una Crisis es un momento de peligro, pero al mismo tiempo es el nuevo camino u oportunidad para tomar una nueva vía, que sin haber pasado por ese momento jamás hubiéramos decidido iniciar. …..Debes apalancar la crisis desde una actitud positiva, es difícil y posiblemente la confusión del momento aún lo complique mucho más, pero no olvidemos que el nuevo peligro puede tener un impacto positivo aún más grande en nuestra vida.”
Crisis = Peligro + Oportunidad:
Entonces, por eso me siento entusiasmada porque creo que tenemos ante nosotros la oportunidad de ser mejores; tenemos la oportunidad de asumir la invitación que nos hace la Constitución Nacional en el sentido de ser ciudadanos participativos, protagonistas de nuestro transitar hacia una mejor calidad de vida como producto de nuestro esfuerzo, responsabilizándonos por nuestro país, que lo merece todo; dejando de lado colores y tendencias politiqueras avocándonos a la política pero dirigida a lo público y no a parcelas , como ha sido hasta ahora.
Es nuestra decisión: paralizarnos ante el “peligro” y compadecernos de nuestra mala suerte porque nunca nos blindamos para hacerle frente. O aprovechar la oportunidad para salir airosos y fortalecidos. Escojo ser ganadora.
FELIZ AÑO!
Zoraida Pacheco
Direc. Organización y Proyectos
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Sigamos juntos construyendo puentes Gente con Gente
William Requejo Orobio
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